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viernes, 30 de abril de 2010
ALGUNAS DE LAS HISTORIA DEL CULTO A LA CRUZ DE MAYO
Imagenes para HI5
La festividad de la Cruz de Mayo fue traída a esta parte del continente americano, al igual que otras celebraciones tradicionales, por los sacerdotes y conquistadores españoles, quienes conmemoraban el 3 de mayo, el hallazgo en el año 324, por parte de Santa Elena, madre del emperador Constantino, de la cruz donde murió Cristo, sin embargo estudiosos de las costumbres europeas aseguran, que antes de este suceso, los pobladores de ese continente, realizaban rituales para festejar la llegada de la primavera.La cruz tiene su fiesta conmemorativa el 3 de mayo, mes durante el cual se hacen actos en su honor en distintas regiones de nuestro país. En muchos lugares las cruces que se encuentran en sitios públicos se adornan con flores y papeles de colores. Durante estas fechas, cofradías y particulares preparan altares donde se coloca la cruz y se la ofrenda con flores, frutas y cirios encendidos, en agradecimiento por preservar la salud y la fertilidad.
Sea en uno u otro sentido, lo cierto es que la festividad religiosa llegó al país, y con el paso de los siglos, se convirtió en una de las tradiciones más arraigadas en el imaginario popular, que le incorporó para hacerla mas vistosa y alegre elementos culturales indígenas y afro venezolanos, propios de cada región del país, que convirtieron la devoción española en los Velorios de Cruz de Mayo, tradición que se repite año tras año para propiciar buenas cosechas.En la festividad, tal como se conmemora en varias regiones de nuestro país, la cruz adornada con cintas y papeles de variados colores, no simboliza el sufrimiento del martirio de Jesús. Al contrario invita a los devotos a la comunicación, a la reunión, al canto y a la música, y el salón donde es colocada se transforma en espacio para elevar peticiones y plegarias en el mes de las flores, de la Virgen y del inicio de las lluvias, propiciadoras de la fertilidad de la tierra.
Con la alegría, los creyentes manifiestan en forma alegórica el deseo de eliminar a Jesús el dolor de su crucifixión.Los preparativos de la fiesta se inician desde finales del mes de abril, cuando los devotos comienzan los preparativos para "vestir" y adornar la cruz, de acuerdo al gusto de las personas particulares, las sociedades y de las cofradías que en nuestro país tienen a su cargo los pormenores de esta tradición. Una vez "vestida", la cruz se coloca en un altar, adornado con flores, cirios encendidos y eventualmente las imágenes de San Antonio de Padua, las Ánimas Benditas y el Niño Jesús.Los velorios se realizan en los salones principales o patios de viviendas, en plazas u otros sitios públicos. Asimismo se improvisan altares en caminos, casas particulares o locales donde funcionan Sociedades de la Cruz. Al comenzar la celebración los asistentes reunidos en torno al altar inician el acto con sus ofrendasy flores mientras rezan por la prosperidad de las cosechas y por la salud de los enfermos; así como también para alejar las epidemias que azotan los campos y para protegerse del Maligno o Diablo. Las invocaciones a la cruz, van seguidas de un rosario cantado y los versos que anunciarán los cantos. Estos cantos convierten el velorio en una animada fiesta comunitaria. En la región central se canta principalmente la fulía, y se recitan décimas a la cruz. En los velorios de cruz no se acostumbra a bailar por tratarse de un acto solemne y ritual. Sin embargo hay velorios que devienen en bailables. Para lograr este objetivo la cruz objeto de veneración, se guarda, se voltea o se cubre con una sábana, para que los asistentes puedan danzar sin remordimientos. De esta forma en la costa central se baila tambor y en los llanos y en oriente se baila joropo
BAJADA DE LA CHINITA
VIDEO DE SANTA BÀRBARA (ACERCÀNDOSE SU FIESTA -EL 4 DE DICIEMBRE- )Y SOBRE YEMAYÀ.
CONSULTA TU FUTURO CON EL TAROT.
VIDEO. CATEDRAL DE ROMA, SAN JUAN DE LETRAN.
VIDEO DE LA CAPILLA SIXTINA
Nuestra Señora del Huerto
Virgen del Huerto
A fines del siglo XV una devota mujer de Chavarri, en la provincia de Génova, mandó pintar sobre el muro de un huerto una bella imagen de la Madre y el Niño, en señal de gratitud por haber sido salvada del flagelo de la peste
En 1493 una grave epidemia de cólera azotó a la ciudad de Génova, alcanzando la vecina localidad de Chiavari donde María Turquina Quercio, piadosa mujer del suburbio de Rupinaro, prometió a la Virgen una señal de público reconocimiento si la mantenía inmune a la peste. Señal de agradecimiento
Superado el flagelo, María Turquina encargó al artista Benedicto Borzone pintar sobre un muro del huerto ubicado entre el Palacio de Gobierno y el puerto, una imagen de la Santa Madre y el Niño junto a San Sebastián y San Roque, santos protectores de los enfermos. La imagen debía ser venerada por los transeúntes que, en su diario trajín, no tenían tiempo de entrar al templo para orar.
Poniendo todo su empeño Borzone logró expresar de manera admirable la bondad de la Santísima Virgen y la fuerza de su protección, obteniendo el bello y colorido retrato que conocemos.
Con el paso de los años el huerto fue transformado en depósito y chiquero pero la bella pintura siguió allí, manteniendo su aspecto y tonalidad y llamando poderosamente la atención de quienes pasaban por el lugar.
En 1528 la peste volvió a castigar la Liguria, abatiéndose con especial fuerza en Chavari, hecho que acrecentó la devoción por la imagen. Por esa razón, las autoridades de la ciudad decidieron construirle un altar que permitiese a los fieles inclinarse y orar ante ella.
Apariciones y milagros La noche del 18 de diciembre de 1609, Gerónima Turrio, una lavandera del barrio de Rupinaro, rezaba frente a la Virgen cuando, repentinamente, la pintura comenzó a irradiar una luz intensa. El prodigio se conoció en los alrededores y al cabo de un tiempo, cientos de peregrinos comenzaron a acudir al lugar para implorar gracias.
La fama de Nuestra Señora del Huerto se vio reforzada el 2 de julio de 1610 cuando, en horas de la mañana, se le apareció a Sebastián Descalzo, un humilde poblador de las inmediaciones, quien en esos momentos caminaba desde su casa al suburbio de Carasco, recitando sus oraciones.
Transitaba Sebastián la plaza de la ciudad cuando vio frente a sí a la Virgen bendita luciendo un hermoso manto celeste. Poco después, comenzaron los milagros. Una rajadura que atravezó el muro de un extremo a otro de la pintura, se reparó sola, sin la intervención de ningún albañil. Otro día, frente a su imagen, dos enemigos acérrimos fray Miguel Raggio y Battino Marini, se reconciliaron dándose el abrazo de la paz y al cabo de un tiempo se producían curaciones, se solucionaban diferendos y se concedían peticiones, todo por medio de la Virgen del Huerto.
Santa Patrona de Chiavari El 7 de marzo de 1634 el Consejo de Gobierno de la ciudad declaró a la Virgen del Huerto patrona de la población y del distrito de Chiávari y el 8 de septiembre el sector de la pared donde se hallaba pintada la imagen fue trasladado al Altar Mayor del santuario, inaugurado el año anterior.
En 1769 Nuestra Señora del Huerto fue solemnemente coronada con oro del Capitolio Vaticano y su iglesia entregada a la congregación de los Carmelitas Descalzos quienes la tuvieron en su poder hasta 1797, cuando al proclamar Napoleón la República Ligur, se alejaron. En 1892, instituida la nueva diócesis de Chiavari, S.S. León XIII elevó el santuario a Catedral designando dos años después a su primer obispo, Monseñor Fortunato Vinelli. El 3 de julio de 1907 San Pío X la elevó a Basílica
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Hijas de María Santísima del Huerto
En 1829 San Antonio María Gianelli, obispo de Bobbio, se inspiró frente a la sagrada imagen para fundar la congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto, venerable instituto que, desde Italia y España hasta Palestina y la India, pasando por América del Sur y las tierras del Congo, difundió por el mundo su sagrada devoción.
Oración a Nuestra Señora del Huerto
¡Oh, María del Huerto! Madre piadosísima, dignaos aceptar benigna la pobre ofrenda de nuestros obsequios y oraciones que, como hijos amantes, venimos a ofreceros.
Dignaos inclinar vuestros oídos a nuestras humildes súplicas para que no sea vana la confianza que en Vos ponemos, seguros de obtener de vuestro divino Hijo el perdón de nuestros pecados y el favor particular que solicitamos por vuestra poderosa mediación.
Alcanzadnos a todos la gracia de la perseverancia final, viviendo y muriendo como verdaderos hijos vuestros, para poder bendecir y alabar a Dios eternamente y ensalzar para siempre vuestras misericordias en el Huerto dichoso de la Jerusalén celestial. Amén.
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