Belén celebraba el viernes su Navidad más alegre en años, a medida que decenas de miles de turistas acudieron al tradicional lugar del nacimiento de Jesucristo para asistir a las festividades anuales.
Funcionarios dijeron que todo parecía apuntar a que el pueblo bíblico recibirá el mayor número de visitantes desde el 2000.
Un invierno inusualmente cálido, la virtual suspensión de la violencia entre israelíes y palestinos y una creciente recuperación financiera en Cisjordania sumaron buenos ánimos a las festividades.
Al anochecer, una Plaza del Pesebre repleta de personas se llenó de luces de Navidad rojas, azules, verdes y amarillas.
Juerguistas tocaron trompetas, bandas cantaron canciones típicas navideñas en árabe, jóvenes músicos marcharon y policías palestinos se desplegaron por el lugar para mantener el orden.
Un grupo de 30 turistas de Papúa Nueva Guinea, todos luciendo sombreros rojos de Santa, caminaron alrededor de la iglesia de la Natividad, construida en el lugar en el que la tradición cristiana sostiene que nació Jesucristo. Tanto clérigos como el presidente palestino expresaron sus deseos de paz.
Pat Olmsted, una maestra de 64 años de Texas, que celebrarba su primera Navidad en Belén, no pudo contener las lágrimas al pararse en la Plaza del Pesebre.
``Simplemente me da un significado de verdad bíblica. Cuando lea las páginas, tendrán mucho más sentido para mí'', dijo.
Belén solía atraer a decenas de miles de turistas de todas partes del mundo para las celebraciones de Navidad, pero muchos dejaron de venir luego del segundo levantamiento palestino en el 2000.
A medida que la violencia se redujo en los últimos cinco años, la asistencia de turistas creció. Las 2.750 habitaciones de hotel del poblado de Cisjordania estaban reservadas para la semana de Navidad.
Funcionarios israelíes señalaron que esperan que 90.000 personas visiten Belén durante las dos semanas de festividades navideñas, un número superior a las 70.000 del año pasado.
Pero la violencia en la zona ha dejado su marca: quienes viajan a Belén deben cruzar una puerta de metal gigante en el muro de separación que Israel construyó entre Jerusalén y Belén, durante una oleada de ataques palestinos en Israel.
El principal representante de la Iglesia Católica Romana en Tierra Santa llegó a Belén después del mediodía en una tradicional procesión desde Jerusalén. El patriarca latino Fouad Twal tenía planeado oficiar una Misa de Nochebuena en la Iglesia.
Al entrar a Belén, Twal expresó sus deseos de ``paz, amor y unidad entre nosotros''. Pero en el soleado y caluroso día de invierno, en el que las temperaturas rondaban los 20 grados Celsius (70 grados Fahrenheit), el clérigo también añadió un deseo a su lista: ``Le pido a Dios que nos mande lluvia e invierno además de paz y justicia y dignidad para todos''.
FUENTE DEL TEXTO: Diario Últimas Noticias
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Señal de agradecimiento
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