NARCISA DE JESUS SANTA

BIOGRAFÍA DE NARCISA DE JESÚS
/ Viernes 4 de abril de 2008


Narcisa nació el 29 de octubre de 1832, en el pueblo de Nobol de la provincia del Guayas, en Ecuador. Sus padres fueron Pedro Martillo y Josefina Morán, quienes trabajaban como campesinos.

Siendo niña perdió a su madre. Ella tuvo que encargarse de la crianza y educación de sus hermanos menores. En esos años conoció la vida de Santa Marianita de Jess, beatificada poco tiempo antes, y a quien decidió imitar.

Desde esa época de su vida se recuerda su caridad, su alegría, su gran amor por la oración y la gran importancia que le daba a la dirección espiritual.

Cuando tenía 18 años muere su padre y ella emigra a Guayaquil. Allí trabaja como costurera y comienza a relacionarse con Luis Tola, quien después será obispo de Portoviejo.

En la catedral de guayaquileña y antes en la parroquia de Daule, dedicó mucho tiempo al apostolado, especialmente a los niños, a quienes enseñaba catecismo. También trabajó con jóvenes abandonadas y refugiadas en la Casa de las Recogidas. Además visitaba a los enfermos y moribundos.

Después de algún tiempo se trasladó a Cuenca para atender a Monseñor Amadeo Millán, quien fue su director espiritual y había contrado tuberculosis.

En 1867, cuando fallece monseñor Millán, regresa a Guayaquil, a la Casa de las Recogidas, donde enseña costura a las niñas huérfanas.

A principios de 1868, la ecuatoriana viajó a Lima, Perú, porque no encontraba un nuevo director espiritual en la ciudad de Guayaquil.

Precisamente, su último director espiritual en Perú relató que Narcisa practicaba rígidas mortificaciones. Siempre estaba vestida de cilicio, diariamente se daba disciplina de sangre. Tenía 8 horas de oración diaria. Se ataba a una cruz constantemente. Todas las noches hacía cuatro horas de oración coronada de espinas. Dormía en el suelo sobre unas puntas de acero.

Narcisa murió a la edad de 37 años, el 8 de diciembre de 1869, en Perú. Su cuerpo fue trasladado desde Perú a Guayaquil en 1955. Desde 1972 los restos permanece en su pueblo natal, Nobol.

El Papa Juan Pablo II la declaró beata el 25 de octubre de 1992. Para su beatificación, el Vaticano aprobó como milagro la curación en 1967 de Juan Bautista Pesantes Peñaranda quien sufría de un cáncer incurable.



Su cuerpo incorrupto es trasladado desde Perú a Guayaquil,
eI 30 de Abril de 1955 por su sobrino nieto Miguel Martillo Ronquillo que trajo de Lima sus restos por las Aerolíneas Panamá.

Primero estuvieron depositados quince días en la iglesia del Santísimo Sacramento en Pío Montúfar y Manabí, después pasaron a un pasadizo situado a un costado de la iglesia de los jesuítas de San José, expuestos a la veneración de los fieles.
En 1972 se realizó su traslado secreto a Nobol y el 83 le construyeron una cripta a pocos pasos.

Y ahora permanece en su pueblo natal.