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jueves, 20 de mayo de 2010
PATRONA DE ECUADOR, NUESTRA SEÑORA DE QUINCHE.
Imagenes para HI5
La imagen de Nuestra Señora de la Presentación del Quinche es una hermosa escultura en madera, tallada en el siglo XVI por Don Diego de Robles, extraordinario artista al que se deben otras imágenes de María de gran popularidad y veneración. La historia nos dice que los que habían encargado la confección de la imagen, no quisieron o no pudieron pagar por ella al escultor y entonces, el artista se la dió a los indios oyacachis a cambio de unos tablones de fino cedro que éste necesitaba para sus trabajos; más tarde el sabor popular enriquecerá los hechos con la leyenda de que la Virgen se les había aparecido antes a los indios del lugar en una cueva prometiendo librarlos de los peligrosos osos que devoraban a los niños.
Los caciques quedaron admirados cuando vieron llegar a Diego Robles con la imagen de la Virgen a cuestas y reconocieron en ella los mismos rasgos de la Señora que se les había aparecido y les había hablado en la cueva. Quince años permaneció la imagen al cuidado de los indios hasta que en 1604, el obispo del lugar ordenó su traslado al poblado del Quinche, de donde finalmente tomó su nombre. La imagen, que es una fina talla en madera de cedro de unos 62 cm. de alto, está revestida por un amplio y lujoso ropaje de brocado cubierto de gemas, y bordado con hilos de oro y plata que sólo dejan ver su rostro moreno y apacible. La Virgen lleva un cetro en la mano derecha y con la izquierda sostiene el Niño en actitud de bendecir, mientras sostiene una esfera de oro coronada por una cruz. A los pies de la imagen, la peana y la gran media luna, ambas de plata pura, y las pesadas coronas imperiales de oro y piedras preciosas, manifiestan la generosidad del pueblo ecuatoriano que gusta ver a su patrona resplandeciente, vestida siempre con las mejores galas.El rostro de Jesús evoca las facciones de los niños mestizos de aquellas sierras. Mestizo es el color de la Madre, síntesis del alma del inca y del español. Su fina nariz está enmarcada por un delicado rostro ovalado de labios delgados y boca pequeña; sus ojos achinados y su mirada triste con los párpados entrecerrados o caídos le confieren una dulzura única. Por eso esta advocación es tan popular en Ecuador, especialmente entre los indios que llaman con afecto "La Pequerlita" a su protectora del cielo.Es de admirar la variedad de cantos que se entonan en honor de la Virgen del Quinche, con textos en quechua, en jíbaro y en otros diversos dialectos de la región y también en castellano; muchos de ellos se cantan desde hace cuatro siglos. La imagen fue coronada en 1943 y su fiesta se cerebra el 21 de noviembre. El templo actual fue declarado Santuario Nacional en 1985.
El pintoresco pueblecito del Quinche se asienta en el noroeste de la ciudad de Quito en las faldas de la cordillera occidental, en un suave declive que se eleva desde el río Guayllabamba hasta los primeros contrafuertes de dicha cordillera.
Erigido en 1596 el santuario de Guápulo, los indígenas de Lumbicí, lugar perteneciente al pueblo de Cumbayá, pidieron una copia, lo más exacta posible, de la bellísima y afamada imagen de Nuestra Señora de Guápulo. Entonces, don Diego de Robles, quien esculpió esta preciosa imagen, trabajó con el cedro y otros maderos que le sobraron de la primera.
Los indios de Lumbicí, no pudieron pagar a Robles el precio convenido, por eso el escultor se llevó la imagen y la dio al pueblo de Oyacachi a cambio de unos tablones de fino cedro que éste necesitaba para sus trabajos. Desde entonces, este pueblito situado en la falda superior de la cordillera oriental sobre el río Guayllabamba, se empezó a volver muy popular.
Los indígenas, vistieron la imagen según la costumbre española y la acomodaron en la hendidura de una peña. Apenas la efigie ocupó el lugar, bandadas de cantoras avecillas revoloteaban constantemente entorno a ella alegrando todo el lugar con sus trinos. Y cuando al descender la noche se retiraban los pajarillos, un resplandor hermoso circundaba la imagen de María.
Pronto la Virgen de Oyacachi llegó a ser famosa en toda la comarca. Numerosas romerías de los pueblos vecinos comenzaron a frecuentar este sitio, antes desconocido.
Por este motivo, los indios se vieron en la necesidad de construir una capilla o una pequeña iglesia para colocar en ella la imagen de la Virgen. Entonces comenzaron otros prodigios que comprobaban el deseo de la Virgen que se erigiese un santuario.
IGLESIA DE QUINCHE, SANTUARIO NACIONAL DE LA SANTA PATRONA DE QUINCHE.
BAJADA DE LA CHINITA
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CONSULTA TU FUTURO CON EL TAROT.
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VIDEO DE LA CAPILLA SIXTINA
Nuestra Señora del Huerto
Virgen del Huerto
A fines del siglo XV una devota mujer de Chavarri, en la provincia de Génova, mandó pintar sobre el muro de un huerto una bella imagen de la Madre y el Niño, en señal de gratitud por haber sido salvada del flagelo de la peste
En 1493 una grave epidemia de cólera azotó a la ciudad de Génova, alcanzando la vecina localidad de Chiavari donde María Turquina Quercio, piadosa mujer del suburbio de Rupinaro, prometió a la Virgen una señal de público reconocimiento si la mantenía inmune a la peste. Señal de agradecimiento
Superado el flagelo, María Turquina encargó al artista Benedicto Borzone pintar sobre un muro del huerto ubicado entre el Palacio de Gobierno y el puerto, una imagen de la Santa Madre y el Niño junto a San Sebastián y San Roque, santos protectores de los enfermos. La imagen debía ser venerada por los transeúntes que, en su diario trajín, no tenían tiempo de entrar al templo para orar.
Poniendo todo su empeño Borzone logró expresar de manera admirable la bondad de la Santísima Virgen y la fuerza de su protección, obteniendo el bello y colorido retrato que conocemos.
Con el paso de los años el huerto fue transformado en depósito y chiquero pero la bella pintura siguió allí, manteniendo su aspecto y tonalidad y llamando poderosamente la atención de quienes pasaban por el lugar.
En 1528 la peste volvió a castigar la Liguria, abatiéndose con especial fuerza en Chavari, hecho que acrecentó la devoción por la imagen. Por esa razón, las autoridades de la ciudad decidieron construirle un altar que permitiese a los fieles inclinarse y orar ante ella.
Apariciones y milagros La noche del 18 de diciembre de 1609, Gerónima Turrio, una lavandera del barrio de Rupinaro, rezaba frente a la Virgen cuando, repentinamente, la pintura comenzó a irradiar una luz intensa. El prodigio se conoció en los alrededores y al cabo de un tiempo, cientos de peregrinos comenzaron a acudir al lugar para implorar gracias.
La fama de Nuestra Señora del Huerto se vio reforzada el 2 de julio de 1610 cuando, en horas de la mañana, se le apareció a Sebastián Descalzo, un humilde poblador de las inmediaciones, quien en esos momentos caminaba desde su casa al suburbio de Carasco, recitando sus oraciones.
Transitaba Sebastián la plaza de la ciudad cuando vio frente a sí a la Virgen bendita luciendo un hermoso manto celeste. Poco después, comenzaron los milagros. Una rajadura que atravezó el muro de un extremo a otro de la pintura, se reparó sola, sin la intervención de ningún albañil. Otro día, frente a su imagen, dos enemigos acérrimos fray Miguel Raggio y Battino Marini, se reconciliaron dándose el abrazo de la paz y al cabo de un tiempo se producían curaciones, se solucionaban diferendos y se concedían peticiones, todo por medio de la Virgen del Huerto.
Santa Patrona de Chiavari El 7 de marzo de 1634 el Consejo de Gobierno de la ciudad declaró a la Virgen del Huerto patrona de la población y del distrito de Chiávari y el 8 de septiembre el sector de la pared donde se hallaba pintada la imagen fue trasladado al Altar Mayor del santuario, inaugurado el año anterior.
En 1769 Nuestra Señora del Huerto fue solemnemente coronada con oro del Capitolio Vaticano y su iglesia entregada a la congregación de los Carmelitas Descalzos quienes la tuvieron en su poder hasta 1797, cuando al proclamar Napoleón la República Ligur, se alejaron. En 1892, instituida la nueva diócesis de Chiavari, S.S. León XIII elevó el santuario a Catedral designando dos años después a su primer obispo, Monseñor Fortunato Vinelli. El 3 de julio de 1907 San Pío X la elevó a Basílica
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Hijas de María Santísima del Huerto
En 1829 San Antonio María Gianelli, obispo de Bobbio, se inspiró frente a la sagrada imagen para fundar la congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto, venerable instituto que, desde Italia y España hasta Palestina y la India, pasando por América del Sur y las tierras del Congo, difundió por el mundo su sagrada devoción.
Oración a Nuestra Señora del Huerto
¡Oh, María del Huerto! Madre piadosísima, dignaos aceptar benigna la pobre ofrenda de nuestros obsequios y oraciones que, como hijos amantes, venimos a ofreceros.
Dignaos inclinar vuestros oídos a nuestras humildes súplicas para que no sea vana la confianza que en Vos ponemos, seguros de obtener de vuestro divino Hijo el perdón de nuestros pecados y el favor particular que solicitamos por vuestra poderosa mediación.
Alcanzadnos a todos la gracia de la perseverancia final, viviendo y muriendo como verdaderos hijos vuestros, para poder bendecir y alabar a Dios eternamente y ensalzar para siempre vuestras misericordias en el Huerto dichoso de la Jerusalén celestial. Amén.
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