Pescador recuperó tesoros de la Virgen del Valle en Margarita
Johnny Jiménez viajó desde Araya, estado Sucre, hasta un lugar cercano a la isla de Coche, y decidió sumergirse en algún punto del inmenso mar. A cuatro brazadas de profundidad, encontró un bolso tipo koala con los tesoros de la Virgen del Valle.
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Los pescadores entregarán los tesoros en un acto especial (Cortesía)
EL UNIVERSAL
martes 31 de mayo de 2011 11:29 AM
La Asunción.- Los tesoros robados a la Virgen del Valle el 10 de noviembre de 2009 en el estado Nueva Esparta, fueron encontrados en el fondo del mar por un pescador que buscaba caracoles.
Johnny Jiménez viajó desde Araya, estado Sucre, hasta un lugar cercano a la isla de Coche, y decidió sumergirse en algún punto del inmenso mar. A cuatro brazadas de profundidad, algo brillante llamó su atención, reseñó AVN.
"Era un bolso estilo koala. No estaba bien cerrado y en una parte se veía algo que brillaba. Cuando lo subí al bote y se lo enseñé a mis compañeros, la impresión fue grande. Eran los tesoros de la Virgen", relató el trabajador del mar.
Inmediatamente los pescadores notificaron el hallazgo al Comando de Vigilancia Costera, organismo que inspeccionó el contenido del bolso: 85 piezas, en su mayoría de oro puro, con un peso total de 800 gramos.
El Obispo de Margarita, monseñor José Anibal Quintero, expresó su alegría y formuló una advertencia: "Este hallazgo demuestra que no se puede jugar con las cosas santas".
Destacó que desconoce en su totalidad la cantidad de joyas que fueron robadas, ya que días antes del hurto los encargados de la Iglesia realizaban el inventario de las ofrendas.
"La aparición del tesoro es uno de los tantos milagros que concede la Virgen al pueblo", agregó.
El tesoro había sido robado el 10 de noviembre de 2009 del Museo Diocesano, ubicado junto a la Basílica Menor Nuestra Señora del Valle. Inmediatamente se desató una persecución que terminó en el mar, vía Chacopata.
Al sentirse acorralados por los cuerpos de seguridad, los seis delincuentes lanzaron al fondo del mar todos los milagros y piedras preciosas que conforman el tesoro de la Patrona de Oriente.
De acuerdo con el Obispo de Margarita, serán los propios pescadores quienes próximamente devuelvan los tesoros a su madre protectora.
Johnny Jiménez viajó desde Araya, estado Sucre, hasta un lugar cercano a la isla de Coche, y decidió sumergirse en algún punto del inmenso mar. A cuatro brazadas de profundidad, algo brillante llamó su atención, reseñó AVN.
"Era un bolso estilo koala. No estaba bien cerrado y en una parte se veía algo que brillaba. Cuando lo subí al bote y se lo enseñé a mis compañeros, la impresión fue grande. Eran los tesoros de la Virgen", relató el trabajador del mar.
Inmediatamente los pescadores notificaron el hallazgo al Comando de Vigilancia Costera, organismo que inspeccionó el contenido del bolso: 85 piezas, en su mayoría de oro puro, con un peso total de 800 gramos.
El Obispo de Margarita, monseñor José Anibal Quintero, expresó su alegría y formuló una advertencia: "Este hallazgo demuestra que no se puede jugar con las cosas santas".
Destacó que desconoce en su totalidad la cantidad de joyas que fueron robadas, ya que días antes del hurto los encargados de la Iglesia realizaban el inventario de las ofrendas.
"La aparición del tesoro es uno de los tantos milagros que concede la Virgen al pueblo", agregó.
El tesoro había sido robado el 10 de noviembre de 2009 del Museo Diocesano, ubicado junto a la Basílica Menor Nuestra Señora del Valle. Inmediatamente se desató una persecución que terminó en el mar, vía Chacopata.
Al sentirse acorralados por los cuerpos de seguridad, los seis delincuentes lanzaron al fondo del mar todos los milagros y piedras preciosas que conforman el tesoro de la Patrona de Oriente.
De acuerdo con el Obispo de Margarita, serán los propios pescadores quienes próximamente devuelvan los tesoros a su madre protectora.
En 1493 una grave epidemia de cólera azotó a la ciudad de Génova, alcanzando la vecina localidad de Chiavari donde María Turquina Quercio, piadosa mujer del suburbio de Rupinaro, prometió a la Virgen una señal de público reconocimiento si la mantenía inmune a la peste.
Señal de agradecimiento
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