EL ROSARIO._ Ni la Virgen del Rosario pudo escapar a los ladrones.
Ayer por la madrugada, delincuentes ingresaron a la Iglesia de Nuestra Señora de El Rosario y se llevaron las coronas de la Virgen y del Niño Jesús.
Alejandro López Hernández, sacerdote encargado de la Iglesia de Nuestra Señora de El Rosario lamentó el robo cometido.
"A pesar de que las coronas no tienen mucho valor porque son réplicas no podemos ignorar este robo, porque quienes lo cometieron no sólo atentaron contra la iglesia, sino fue en contra de la fe de todo un pueblo", expresó López Hernández
Informó que a los delincuentes ingresaron a la iglesia por la sacristía y aprovecharon que la imagen de la Virgen se encontraba debajo del retablo, porque el domingo pasado fue su aniversario, lo que facilitó que sustrajeran las coronas.
Además de las coronas de la Virgen y el Niño Jesús, los ladrones se llevaron dos copas de cáliz bañadas en oro.
Rafael Crespo Silva, director de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, dijo que el que los delincuentes no respeten ni un lugar sagrado como la Iglesia de Nuestra Señora de El Rosario les preocupa y mucho, por esta razón tendrán que aplicar estrategias para evitar que este incidente se vuelva a registrar en el Municipio.
"Sí, es preocupante que a los amantes de lo ajeno ya no les interesa el lugar donde vayan a cometer el atraco y que no tengan ningún tipo de respeto hacía un lugar que es sagrado", señaló Crespo Silva.
Aseguró que la Policía Municipal contribuirá totalmente en las investigaciones de este robo, para que se detenga a las personas responsables.
Los operativos de vigilancia se reforzarán por las noches y se les dará instrucciones a los policías para que ingresen a los patios de las iglesias a detectar a personas sospechosas.
El director de Seguridad Pública hizo el llamado a las autoridades religiosas, educativas y a la población en general para que tomen sus precauciones cerrando bien sus puertas antes de irse a dormir y no les faciliten el trabajo a los ladrones.
Fuente;http://www.noroeste.com.mx/publicaciones.php?id=625582
En 1493 una grave epidemia de cólera azotó a la ciudad de Génova, alcanzando la vecina localidad de Chiavari donde María Turquina Quercio, piadosa mujer del suburbio de Rupinaro, prometió a la Virgen una señal de público reconocimiento si la mantenía inmune a la peste.
Señal de agradecimiento
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