SANTA EDUVIGES.

Era hija de Bertoldo III, príncipe de Corintia e Istria. Fue internada en un monasterio, del que salió a los doce años para casarse con el duque de Silesia. Tras darle tres hijos que aseguraban la sucesión, le comprometió para hacer mutuos votos de continencia perpetua, votos que Enrique llevó al extremo de que, durante los 30 años siguientes, no llevó joyas ni afeitó su barba, por lo que fue conocido como Enrique I el Barbado. A su ves, levantó un monasterio de monjas cistercienses en Trebnitz, construcción que se inicio en 1203 y se concluyó en 1219.

Todos aquellos años la duquesa Eduviges practicó en el palacio mayores austeridades de las que se exigían en los conventos, sus obras de caridad se llevaban hasta la última moneda, y eran frecuentísimos sus largos retiros en el monasterio que había hecho construir su esposo. A nadie extrañó, que al morir éste en 1238, renunciase al mundo y se internase como monja en Trebnitz.

Eran muchos los que habían visto usar durante años el mismo manto y túnica tanto en invierno como en verano, ayunar todos los días salvo los domingos y grandes festividades, llegarse siempre descalza hasta las Iglesias y dar tales muestras de modestia, piedad y entrega a los demás que a muchos indujo con su ejemplo.

Ya en el convento, vivió en obediencia de su hermana Gertrudis, abadesa del mismo. Tres años después de la muerte de su marido, murió asesinado por los tártaros el mayor y más amado de sus hijos y, sin derramar una lágrima, exclamó: “Gracias, Dios mío, por darme un hijo así. Verlo vivo fue mi mayor alegría; pero siento mayor placer aún al verlo unido a ti en el reino de tu gloria”.

ESTA MILAGROSA SANTA TIENE MUCHOS DEVOTOS LOS CUALES LE PIDEN AYUDA PARA TENER SUS CASA