Páginas

HAZ CLICK Y ABRE LA PÀGINA DE TU PREFERENCIA:

sábado, 19 de noviembre de 2011

Nuestra Señora de las Victorias

Foto



“En la cabeza llevaba una corona bellísima, como de reina, adornada de piedras preciosas y terminaba en una cruz. Brillaba como el oro. En los brazos traía al niño vestido con una túnica crema”, describe Bernardo Martínez uno de los encuentros que tuvo con la Santísima Virgen
.Las apariciones de Cuapa y Nuestra Señora de las Victorias tienen aprobación eclesiástica por los obispos monseñor Bosco Vivas Robelo y monseñor Pablo Antonio Vega. Además tienen carta de apoyo por el mariólogo del Vaticano, padre René Laurentin
El 8 de marzo de 1987 Bernardo salió huyendo de la persecución que le había desatado el gobierno sandinista. Se mantuvo oculto durante cuatro años en el Seminario Menor (hoy La Purísima), y en 1986 le pidió al Obispo, monseñor Bosco Vivas, que lo dejara trabajar en la iglesia Nuestra Señora de la Victoria debido a que el párroco monseñor Andino estaba muy anciano. Obtuvo el permiso y fue a ayudarlo.

Luego solicitó a monseñor Mondragón seminaristas para ayudar y le envió doce seminaristas. En ese tiempo los jóvenes eran perseguidos para ser enviados obligatoriamente al servicio militar.

El 7 de marzo dice Bernardo: “Nos reunimos a dormir en la sacristía de la iglesia. Acuñé bien las puertas, asegurándolas para que nadie entrara. Era pasada la medianoche (8 marzo). Oí una voz que me decía: “Bernardo”. Era la voz de la Virgen, luego vi una luz que traspasaba la tabla de la puerta y el cuarto se iluminaba, quise levantar a los seminaristas pero no se despertaron. La señora estaba vestida de blanco, con un manto azul-celeste cruzado en el hombro, manga larga, —era de tez un poco morena, ojos café y pelo castaño—, se cubría la cabeza con un velo blanco.

En la cabeza llevaba una corona bellísima, como de reina, que terminaba en una cruz, y adornada de piedras preciosas y brillaba como el oro. En los brazos traía al niño como de un año, vestido con una túnica crema, jugaba con sus manos, se las llevaba a la boca y sonreía, y ella le dijo:

“Estoy contenta contigo, porque vas siguiendo las inspiraciones que yo te he dado. Te mandé a esta parroquia de Santa María de la Victoria porque está muy decaída y quiero que se restaure. Quiero que se dé catecismo por todos los rincones y se hable de la Palabra de Dios; quiero que vuelvan a la tradición de la iglesia y el agua bendita”.

“Se aproxima el séptimo aniversario de mis apariciones en Cuapa, quiero que en Cuapa se celebre una misa solemne y otra en esta parroquia de Santa María de la Victoria”, y añadió: “Que se quemen los libros malos, de ateísmo, comunismo y revistas pornográficas”.

Ateísmo: Niega la existencia de Dios = violación al primer mandamiento de amar a Dios sobre todas las cosas. Comunismo: Irrespeto a la dignidad humana, quitar la libertad con que Dios nos crió = a violación al mandamiento Amar al prójimo como a uno mismo. Pornografía: Deterioro de los valores morales o corrupción moral. No amando a Dios sobre todas las cosas ni amando al prójimo como a nosotros mismos, automáticamente entramos al deterioro moral.

Le dijo la Virgen “es malo quemar al pecador, el pecado se puede quemar”. Luego dijo: “Los quiero activos, diligentes y no pasivos”. “No pensés que vas a quemar libros por toda una vida. Lo que quiero yo, es dejar un símbolo con la quema de estos libros que encontrares. Quiero que sea un símbolo, porque el humo que salga va a simbolizar la destrucción del comunismo ateo en Rusia y en el mundo. Quiero que se haga este símbolo”. Bernardo hizo lo que la Reina del cielo le pedía y en 1989 cae el muro de Berlín, y cae el comunismo en Rusia.

Bernardo le dijo: “Qué bonito el niño!”. Ella respondió: “Sí, es mi hijo. Se llevó el brazo al pecho y el niño quedó de espaldas a mí, apoyado sobre el hombro de ella, quien le levantó la túnica y le vi la espalda, toda herida, llagada, pero llagas vivas! Tenía unos grandes aruños, rasgada la espalda.

En el hombro derecho tenía una llaga como una herida abierta, por donde le salía el hueso.

Ella dijo: “Esto fue lo que sufrió por amor a ustedes. Quiero que propagues la devoción a las llagas de la espalda de mi hijo. A la llaga del hombro de mi hijo”. “Si ustedes cambian y se convierten, pronto, muy pronto, se van a terminar las penas de ustedes”.

Luego añadió, “repite conmigo esta oración: Santa María de la Victoria, hija predilecta de Dios Padre, dame tu fe, Madre de Dios Hijo, dame tu esperanza, sagrada esposa de Dios Espíritu Santo, dame tu caridad y cúbrenos con tu manto. Amén”.

Bernardo le preguntaba a monseñor Mondragón que le explicara lo del niño que tenía heridas y no lloraba. Monseñor le dijo: “El niño pequeñito es la infancia de Jesús, son los misterios gozosos. La espalda llagada muestra lo que Jesús padeció cuando era hombre y murió; esos son los misterios dolorosos. Y el niño alegre, contento, sonriente es cuando está en la Gloria y no puede sufrir más, son los misterios gloriosos. Ella te ha mostrado los quince misterios del Rosario”. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

AMIGO LECTOR , NOS INTERESA MUCHO SABER TU OPINIÓN ACERCA DE ESTE ARTÍCULO ESPECÍFICO O DE LA PÁGINA EN GENERAL. ESPERAMOS TUS COMENTARIOS.