Nuestra Señora del Trigal
El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: 'Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?'. El les respondió: 'Esto lo ha hecho algún enemigo'. Los peones replicaron: '¿Quieres que vayamos a arrancarla?'. 'No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero'".
(San Mateo 13,24-30)
El Señor siembra en todos los corazones y terrenos, pero el enemigo siembra principalmente en terrenos fértiles. Desde que la Iglesia nació, el trigo y la cizaña han crecido juntos.
La primera tentación de los cristianos-espigas es encontrar las culpas de este inesperado crecimiento de la cizaña en el mismo sembrador. “¿No habías sembrado buena semilla en tu campo?” Como si la buena semilla pudiera dar cizaña o como si el Sembrador esparciera semillas equivocadas. La buena semilla da siempre buen trigo, salvo que el terreno no sea el adecuado y entonces ya recordamos los ejemplos que nos dio el Señor en la parábola del sembrador. Pero la mala semilla no viene nunca del Señor. Esa la ha plantado el enemigo.
Y la segunda tentación de los peones, que también son trigos-cristianos, es arrancar por si mismo a las cizañas, o como también dijeron los discípulos y el Señor se enojó, mandar caer fuego del cielo para exterminarlos (San Lucas 9,51-52)…
En ninguno de los casos tomaron en cuenta que el enemigo había sembrado “mientras todos dormían”. ¿Cómo es que luego de 2000 años de Evangelio el mundo parece estar cada vez más alejado de Dios? ¿Cómo es que el occidente cristiano es el primero en imponer leyes contra la naturaleza y contra Dios? ¿No será que los obreros dormimos demasiado?
El enemigo ha instalado alrededor del campo del Señor demasiadas atracciones que consumen nuestras fuerzas y nos distraen del trabajo. El enemigo “vende” narcóticos mundanos para que los obreros se duerman y se distraigan mientras además siembra cizaña aún dentro del campo que es propiedad del Señor. ¿Qué habrá en los campos del enemigo? Nada, sólo sequedad y muerte. Y la envidia le lleva a tentar y dormir a los obreros mientras siembra cizaña.
Los peones de la parábola advirtieron el engaño, pero ¡que tristeza escuchar a los obreros ya ni siquiera intentar limpiar el campo sino buscar excusas, argumentos y consideraciones para que la cizaña sea considerada trigo!
El Señor está cerca. La cosecha se acerca. El mismo separará con sus cosechadores al trigo de la cizaña. Por eso no debemos dormir. No debemos dejarnos hipnotizar por el mundo y sus demonios. Debemos vivir en guardia, como hacían los primeros cristianos que al menos un día de la semana lo dedicaban al ayuno y la oración en perfecta guardia y desvelo esperando la inminente llegada del Señor. Quizá los 2000 años de la redención nos hayan acostumbrado a pensar que el Señor tarda y nos ha dado sueño como a las vírgenes necias (San Mateo 25,1-13)…
Ni el Señor del Campo duerme, ni la Señora de Casa duerme. Nuestra Madre exhorta y anima a tiempo y a destiempo para que sus hijos nos mantengamos en vela. Para que no nos desanime que la cizaña pueda crecer entre el trigo, sino que nuestra esperanza se alimente de saber que, aún en medio de la cizaña, el trigo puede dar sus mejores espigas de santidad.
Santa María del Trigal, ruega por nosotros.
FUENTE:http://www.mariamadrededios.com.ar/reflexiones.asp?page=1&id=104
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