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sábado, 30 de octubre de 2010

VIRGEN DE LA FUENSANTA
PATRONA DE LA CIUDAD DE MURCIA

La devoci�n del pueblo murciano por Ntra. Sra. de la Fuensanta es muy antigua, surgiendo a partir de la aparici�n de la Virgen en el monte conocido como El Hondoyuelo. Cuenta la leyenda que en esta sierra, situada a unos 5 kil�metros de la capital y ya considerada como enclave sagrado por las primeras civilizaciones que habitaron la zona, Mar�a hab�a hecho brotar la "fuente santa" que di� nombre a la advocaci�n. El peque�o manantial a�n hoy riega aquel paraje y desde el siglo XV consta la existencia de una ermita en honor a la Virgen coronando el lugar.

La historia de c�mo La Fuensanta ha pasado a convertirse en una de las m�s importantes devociones del Levante espa�ol comienza el 17 de enero de 1694. En esa fecha, tras una larga sequ�a que azotaba toda la zona, se acuerda bajar la imagen de la Virgen por vez primera hasta Murcia. Con aquella romer�a se imploraba la lluvia necesaria para los cultivos, relatando las cr�nicas de la �poca que, al finalizar la rogativa, llovi� copiosamente e incluso lleg� a nevar. Por entonces se ten�a como patrona de la ciudad a Santa Mar�a de la Arrixaca, venerada desde la Reconquista en la iglesia conventual de San Andr�s. Pero el milagro del agua se repiti� en las sucesivas romer�as y la Virgen de la Fuensanta rivaliz� pronto en popularidad con La Arrixaca, llegando a ser nombrada como nueva patrona de la Ciudad y su Huerta en 1731.

Muchos milagros han sido atribuidos a su intercesi�n desde entonces y no todos relacionados con la lluvia, con lo que la devoci�n ha venido creciendo hasta nuestros d�as. Prueba de ello fue la Coronaci�n Can�nica de la imagen el 24 de abril de 1927, realizada con gran solemnidad en Murcia ante una enfervorizada muchedumbre. El 27 de mayo de 1808 le fue otorgado el rango militar de "Generala del Reino" a ra�z de la invasi�n napole�nica, apelativo con el que muchas veces se refieren a Ella sus fieles. Tambi�n ha recibido la Medalla de Oro por parte de diversos estamentos y asociaciones tanto de la capital como de la Regi�n, entre ellas las de la Ciudad de Murcia y la del Cabildo Superior de Cofrad�as.

El Santuario de la Virgen es hoy uno de los m�s visitados del pa�s, no s�lo como lugar de peregrinaci�n sino tambi�n por la belleza del enclave. Sobre la ermita primitiva, decrita en antiguos documentos como "entre iglesia y mezquita", empieza a construirse a finales del XVII un nuevo templo m�s acorde con el gran poder de convocatoria que estaba adquiriendo La Fuensanta. Se trata de un edificio de estilo barroco, enriqueci�ndose en �pocas posteriores y sufriendo una importante restauraci�n tras la Guerra Civil. En el interior de la iglesia se encuentra la venerada talla de la patrona, una escultura de origen g�tico y retocada en el siglo XVIII por el imaginero Roque L�pez, atribuy�ndose el Ni�o a Francisco Salzillo. La hermosura de la imagen es indiscutible, cuyo aspecto se embellece con lujosos ropajes, joyas y coronas regaladas por los fieles, siendo el color tostado de su cara el que ha motivado que sea cari�osamente conocida con el sobrenombre de "La Morenica". Tambi�n encontramos en el templo importantes frescos del pintor Pedro Flores alusivos a la advocaci�n, as� como una hermosa colecci�n de relieves sobre temas evang�licos marianos realizados por el escultor Juan Gonz�lez Moreno. El Santuario est� custodiado por un monasterio de religiosas benedictinas, constituyendo ambos desde su encumbrado emplazamiento el mejor mirador sobre Murcia y toda la Vega del Segura.

La difusi�n del culto a Ntra. Sra. de la Fuensanta desde su proclamaci�n como patrona, ha venido ligada a la celebraci�n de traslados peri�dicos de la efigie desde el Santuario hasta la Catedral de la ciudad y viceversa. Tanto en las romer�as como en los dem�s actos protagonizados por la Virgen, la antigua Hermandad de Caballeros de la Fuensanta es la encargada de custodiar la venerada imagen. Estos traslados no tienen una fecha fija asignada en el calendario, sino que s�lo han de cumplir con la antigua costumbre de que �un jueves la traen y un martes se la llevan�; es decir, que siempre se realiza el trayecto del monte a la ciudad un jueves, y el retorno un martes. Actualmente, dos son las ocasiones establecidas para llevar a La Fuensanta a Murcia: una con la llegada de la Cuaresma, alargando su permanencia en la Catedral hasta la finalizaci�n de las Fiestas de Primavera (periodo festivo de la capital que tiene lugar tras la Semana Santa); y otra en septiembre con motivo de su festividad (que se conmemora el domingo siguiente al d�a 8 de dicho mes), dando lugar a la celebraci�n de la Feria.

Durante su estancia en la ciudad, diversos actos protagonizados por la Virgen merecen especial rese�a. Dos de ellos tienen lugar durante las mecionadas Fiestas de Primavera, como son la ofrenda floral que se le tributa a las puertas de la Catedral y la solemne procesi�n con la imagen por las calles del casco antiguo. Otro es la celebraci�n de su onom�stica, en septiembre, con una Misa Pontifical y Procesi�n Claustral en el interior del templo catedralicio. Pero sin lugar a dudas, es durante las romer�as cuando el sentimiento de los fieles hacia "La Morenica" se hace m�s latente y, entre todas ellas, destaca la celebrada el martes siguiente a su festividad. �sta es la m�s tradicional y multitudinaria, congregando a m�s de medio mill�n de romeros llegados de todo el sureste espa�ol para acompa�ar a la Virgen en su regreso al Santuario.

Los alrededores de la Catedral, que permanece abierta toda la noche del lunes al martes, empiezan a llenarse de fieles que esperan la salida de la Virgen mientras grupos folkl�ricos bailan y cantan en honor de la patrona. Tambi�n las inmediaciones del Santuario se colman con los primeros romeros, que pasan la noche en el monte en un ambiente fraternal y lleno de tipismo. Al amanecer y tras una misa de despedida, Ntra. Sra. de la Fuensanta sale finalmente del templo catedralicio para emprender el camino arropada por la muchedumbre. El trono de plata navega lentamente por un r�o de romeros, sucedi�ndose las tradicionales "lluvias de p�talos" con que los murcianos tributan a su patrona desde los balcones del recorrido. Entrada la tarde y despu�s de dejar atr�s la ciudad atravesando el paisaje huertano, La Fuensanta llega al pi� de su sierra, donde ya s�lo restan las llamadas "Siete Cuestas" que la separan del Santuario; esas rampas son ascendidas por muchos romeros de rodillas, otros descalzos, en se�al de promesa. Todo el monte es un clamor al paso de "La Morenica", que tras una lenta subida alcanza finalmente la atalaya de la iglesia. Y desde las puertas del Santuario, la Virgen es vuelta a la ciudad y al pueblo que abarrota el lugar en se�al de despedida, entrando despu�s a su templo acompa�ada de v�tores que resuenan por toda la serran�a.




FUENTE:http://www.mercaba.org/MARIANA/MURCIA/fuensanta.htm

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