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viernes, 18 de junio de 2010

NUESTRA SEÑORA DE LA CONSOLACION



El día 20 de junio se celebra la fiesta de la Santísima Virgen del Consuelo, patrona especial de Turín y del Piamonte.

El culto de la Virgen del Consuelo data del siglo XI, cuando se amplió el primitivo edificio dedicado a San Andrés y se erigió, en el transcurso del siglo XVIII el Santuario de la Consolación, una de las iglesias más bellas y más amadas por los habitantes de Turín.

En relación con el culto de la Virgen del Consuelo, se narra que, en el mismo sitio en que hoy admiramos el santuario, había un pequeño templete que se vio destruido en una de las invasiones de los bárbaros.

Algunos años después, en la ciudad de Briançon, un hombre ciego de nacimiento, tuvo en sueños una visión de la Virgen María que le exhortó a llegarse a Turín para buscar un cuadro con su efigie que se había extraviado.

El hombre, llegado a aquel sitio, recobró milagrosamente su vista y pudo ver a la Virgen, quien se presentó como "Consoladora" y se convirtió en la patrona de Turín.

Hoy, la Virgen del Consuelo no sólo es venerada por muchísimos fieles que a ella imploran gracia y consuelo y que con fe y con devoción participan en la procesión que, todos los años durante su celebración, sale del Santuario y serpentea por las calles de la ciudad.

Ella es también la Madre inspiradora de los misioneros que, en su nombre, se empeñan en llevar el Evangelio por todo el mundo. Al igual que María, que veneran bajo el título de Consolación, pretenden llevar al mundo el auténtico Consuelo que es Jesús, el Evangelio y con ello su presencia junto a los marginados, con la ayuda a los afligidos, la cura a los enfermos, la defensa de los derechos humanos y el fomento de la justicia y de la paz.

Por todo eso, ellos se dedican a la Misión de forma total, sin ninguna clase de vínculos, alejados de la materialidad de las cosas, profesando la pobreza y la obediencia en el espíritu de la beatitud evangélica.

CONSOLACIÓN

Dos formas tiene este bello nombre de mujer: Consolación y Consuelo, además de sus hipocorísticos. Es el nombre de una nobilísima virtud, más valorada antes que ahora; no porque no se necesite, que se necesita más que nunca, sino porque nos hemos endurecido más y nos hemos resignado a vivir cada uno su soledad dentro de la multitud. Consolatio es el origen latino, formado por el prefijo con de compañía y de intensidad, más el verbo solor, solatus sum, solari, que significa ya de por sí consolar, reconfortar, alegrar... El sustantivo solatium derivado de este verbo, del que obtenemos en español la palabra solaz, nos da el valor más positivo de este nombre: recreo y consuelo del espíritu. Se cree que el verbo solor procede del adjetivo solus, a, um. Como fuere, el de Consuelo o Consolación es un nombre que hace pensar en solidaridad, en fortaleza para reconfortar a quien lo necesita, en sosiego y solaz para el espíritu. En ahuyentar la tristeza de la soledad.



Nuestra Señora de la Consolación es una advocación de la Virgen que no podía faltar entre las virtudes y los méritos que se atribuyen a la Madre de Dios. En las letanías es invocada todos los días por la Iglesia como Consolatrix afflictorum (Consuelo de los afligidos), porque entre los papeles que los cristianos le han asignado a la Virgen como Madre universal, está el de consolar a los que gimen y lloran en este valle de lágrimas. Esta advocación no está vinculada a ninguna imagen, aparición o milagro, sino a la necesidad que siente la Iglesia de ofrecer a los fieles una Madre en el cielo que sea la sublimación de las virtudes de todas las madres de la tierra. Las Consuelos celebran su onomástica el domingo siguiente al 28 de agosto, día en que se celebra la fiesta de Nuestra señora de la Consolación y de Nuestra Señora de la Correa.

Consolación fue el título de varios tratados filosóficos. Los más célebres son los de Séneca, Cicerón, Plutarco y Boecio. Este último lo tituló "Consolación de la Filosofía", y en él demuestra la necesidad de que exista la Divina Providencia. Y es el nombre de numerosos lugares geográficos. Recorrerlos todos sería una delicia. En Ciudad Real se fundó una casa de postas con este nombre. En Pontevedra se llama también así un predio del término municipal de La Estrada. En la provincia de Badajoz un puerto de montaña, en los montes del término municipal de Herrera del Duque, se llama de la Consolación. En la misma provincia se llama así un riachuelo que desemboca en el río Valmayor. En México, en Perú, en Filipinas, hay otros tantos lugares con este nombre. En Cuba existen dos municipios separados por una cordillera, llamados Consolación del Norte y Consolación del Sur. Tienen unos parajes extraordinariamente bellos. En la Polinesia hay un grupo de islas que se llaman Consolación. En cuanto a la otra forma del nombre, Consuelo, también está jaspeada la geografía de habla hispana con localidades que lucen este bello nombre. La más sorprendente, el puerto de Consuelo, en Chile, con una de las grutas más fastuosas del mundo. La geografía, con los bellísimos lugares a los que se ha bautizado con este nombre, es el mejor testigo de la profunda admiración que inspira. ¡Felicidades!

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